El aumento de los costos de almacenamiento y refrigeración de alimentos frescos está generando problemas para los proveedores.
Según una encuesta reciente, los costos de almacenamiento han aumentado un 25% en los últimos dos años, con un aumento del 40% en las facturas de electricidad.
El envejecimiento de la capacidad de almacenamiento y los efectos del cambio climático agravan la situación.
El calor adicional hace que los sistemas de refrigeración funcionen más y aumenta los costos de electricidad. Además, muchos almacenes frigoríficos en Estados Unidos tienen más de 40 años de antigüedad, lo que los hace propensos a averías.

A pesar de estos desafíos, las cadenas de frío son esenciales para abastecer a una población en crecimiento, pero el costo de producción de frutas y verduras se ve presionado, lo que afecta la disponibilidad de alimentos saludables.
Por Chihuahua Es Cultura