Desde la muerte de Osama bin Laden, exlíder de Al Qaeda, ninguna otra había causado tanta controversia como la del poderoso Qasem Soleimani, exjefe de la Fuerza Quds iraní.
En lo que tal vez fue el ataque más significativo de Estados Unidos en Medio Oriente en décadas, la orden del presidente estadounidense Donald Trump de bombardear el vehículo en el que viajaba el polémico personaje tomó a todos por sorpresa.
Soleimani no era solamente una importante figura ideológica como lo fue Osama bin Laden, muerto en 2011 en una operación militar también llevada a cabo por EE.UU. en Pakistán, sino que estaba de facto al mando de la política exterior de Irán, una potencia militar regional.
Una de las respuestas que se han visto es que al menos 13 misiles impactaron las bases militares de Ain al-Asad y Erbil, en el oeste y norte de Irak.
En las instalaciones atacadas se encontraban soldados norteamericanos desplegados en el marco de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, de lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Otro incidente al cual la comunidad internacional esta atenta es por el accidente del Boeing 737-800 ocurrió horas después de que Irán atacara con misiles bases militares en Irak, ya que entre las sospechas de Canadá se encuentra la evidencia de un video donde el avión es envestido por el misil ante la negativa de Irán sobre el hecho.
Hasta el momento solo han tenido sanciones económica para Irán pero el problema se ve que pueda durar más de lo que parece.