Todas las mañanas la veía regar, echarle tierra y cortar las hojas secas de sus plantitas. Recuerdo una vez decirle:
Señora hermosa ¿Para qué quiere usted tantas plantas?
- ¡Ah! Es para que mi casa se vea bonita mi’jo, para que mis santitos tengan todos los días sus flores frescas y para que los chupamirtos, me alegren con sus colores brillantes mis cansados ojos.
¡Ay mamita!
-Mira, este malvón me lo regaló tu abuelita antes de que muriera y ya está muy bonito; ya está floreciendo.
Tiene mucha razón mamita, cuídelas mucho por favor, ya después me regala unas para llevarlas y tenerlas en el patio de mi casa. - Si mi’jo, me guardas unos botes o me traes unos maceteros.
¡Ah! Si mis plantitas hablaran…
Siempre finalizaba diciendo esto con un hondo suspiro.
Orgullo Mexicano.
Por Chihuahua Es Cultura