Cuando Alejandre Cabanel pintó esta obra maestra en 1868, ¿quería centrarse en la historia que narra o su deseo era plasmar un sentimiento?
El Ángel caído de Cabanel es una de las obras de la historia del arte que sobresale por la manera auténtica y realista con la que retrata la naturaleza humana ¿Qué sentía este ángel y cuál es su historia? Conociéndola podremos acercarnos un poco más a lo que quería reflejar el autor.

El cuadro representa a Lucifer cuando es expulsado del paraíso. Lucifer, portador de luz, del latín lux (luz) y ferre (llevar); fue el ángel que se rebeló contra Dios, convirtiéndose en el primer apóstata o caído, mediante la separación y la renuncia.
Según la creencia judeocristiana, Lucifer habría sido la mano derecha de Dios en el momento de la creación pero, cegado por la ambición, decidió rebelarse y, en consecuencia, desencadenar una batalla en la que, finalmente, fue derrotado por el arcángel San Miguel.

Lucifer es representado con una musculatura que se acerca más al romanticismo que a su tradición académica. Se encuentra sobre piedra, parecería que ya sobre la tierra, lejos del cielo que se divisa detrás lleno de ángeles de color azul que parecen volar, bailar, cantar, en un ambiente de calma y de paz. Lucifer levanta ambos brazos y cubre parte de su rostro. ¿Esconde su rostro por vergüenza?
Aunque tratase de esconderse, Cabanel logra retratar con firmeza su mirada: ¿es odio? ¿es rencor? ¿es también soberbia y humillación? Son unos ojos rojizos, irados, de los que cae una lágrima: en ellos también se ve la rabia, que siempre esconde algo de tristeza.
El inglés John Milton escribió el poema épico Lost in Paradise en 1667. Una de sus citas más conocidas es «Mejor reinar en el Infierno que servir en el cielo». Eso es exactamente lo que parece decir este ángel caído, cuadro que pronto se convertiría en la imagen del mal para los cristianos: en Lucifer.
Vía Imágenes Históricas.