Por Jesús Vargas V.

La Fragua de los tiempos. Nueva Época. Diciembre 1 2020 No. 1369 Cuauhtémoc, la ciudad que nació de la revolución.


En los últimos meses he dedicado parte de mi tiempo a investigar el origen de ciudad Cuauhtémoc, y de pasada algunos datos de la historia de la hacienda de Bustillos y sus remotos antecedentes, de donde debo recordar que los pobladores originarios de esta parte fueron los rarámuri asentados en las misiones jesuitas de San Bernabé de Cosiguriachic (sic); San Miguel de Napavechic y muy cerca de éstas las misiones: La Purísima y San José de Temaichic, Jesús de Tutuaca, La Natividad, San Mateo, San Ignacio y Corachic. Esto es importante recordarlo porque a veces se piensa que la historia de la región se inició con la hacienda de Bustillos.


Respecto al origen de Cuauhtémoc he revisado cientos de copias de documentos de los archivos agrarios y como resultado de esta investigación he propuesto que el día primero de diciembre de 1920 es la fecha histórica que corresponde a su fundación. De acuerdo a ello, este día se podrían estar celebrando socialmente los cien años, sin embargo la pandemia ha sido un obstáculo infranqueable en muchos sentidos. Espero que el año próximo cambie la situación y que sea posible organizar la celebración como corresponde. Por lo pronto presento ahora algunos datos debidamente documentados con los cuales sustento mi propuesta.


Primero.- El 2 de noviembre de 1920 un grupo de ciudadanos se dirigió al gobernador del estado Ignacio Enríquez, solicitándole que se llevara a cabo la expropiación por causa de utilidad pública de dos sitios de terreno de la hacienda de Bustillos. No hubo respuesta del gobernador.

Al mes siguiente, el primero de diciembre, los solicitantes se dirigieron nuevamente al gobernador por medio de un documento en el que se exponían casi los mismos argumentos, pero con mayor contundencia y mejor redacción. Tal vez, por insolvencia o por indisposición, el gobernador Ignacio dejó una vez más sin respuesta esta segunda petición, así lo propongo en base a que no encontré ningún documento en que se hubiera expresado algún pronunciamiento oficial, ni siquiera una mención.


Segundo.- El día primero de abril los ciudadanos solicitantes cambiaron el rumbo de sus intenciones dirigiendo el mismo escrito del primero de diciembre y firmado por las mismas personas a la Comisión Nacional Agraria de la ciudad de México.


Tercero.- Muy pronto llegó la respuesta a Chihuahua donde, por medio de oficio firmado el 12 de abril, se ordenó al ingeniero Talamantes, presidente de la Comisión Local Agraria, que iniciara el expediente de San Antonio de Arenales.


Cuarto.- Uno de los pasos más importantes para iniciar ese expediente era el proyecto para la creación del centro de población. Con ese fin, el 21 de abril el ingeniero Talamantes envió oficio al ingeniero Eduardo W. Enríquez exponiéndole que el día 12 la Comisión Nacional Agraria había acordado la creación de un nuevo centro de población agrícola en San Antonio de los Arenales (sic).

Que le había llegado la orden de integrar el expediente respectivo para que luego se le hiciera llegar al gobernador del Estado a efecto de que se hiciera la declaración de la erección del nuevo centro de población agrícola, poniendo inmediatamente en posesión provisional de las tierras a los solicitantes. Enseguida le informa que, a propuesta de los mismos solicitantes interesados, la Comisión Local lo nombraba para que presentara el proyecto con el plano e informara lo correspondiente para cumplir con el acuerdo que había tomado la Comisión Nacional Agraria el día 12 de abril.


Por alguna razón el ingeniero Enríquez no se hizo cargo y en vista de ello, el 6 de mayo se le otorgó dicha comisión al ingeniero Daniel Rico, quien se encargó de hacer el proyecto del nuevo centro de población agrícola de San Antonio de Arenales.

Quinto.-Inmediatamente que tuvieron conocimiento, los dueños de la hacienda de Bustillos hicieron todo lo posible por impedir la acción agraria, nombrando representante al licenciado Manuel Gómez Luna, quien tramitó un amparo contra los actos de la Comisión Local Agraria.

Por su parte Alberto Madero, relacionado familiarmente con los Zuloaga, movió sus influencias políticas recurriendo primero al general Antonio I. Villarreal, Secretario de Agricultura y Ganadería y luego al presidente de la república Álvaro Obregón. Es incuestionable que la familia Zuloaga se opuso hasta el último momento con la disposición de no ceder en absoluto.


Por otra parte es un hecho evidente que en este caso, las autoridades agrarias nacionales y locales procedieron de manera inusual, pues de acuerdo a lo que he mencionado en el punto 4, solamente habían transcurrido cuatro meses desde la entrega al gobernador de la solicitud del primero de diciembre y tan solo doce días de que el mismo escrito se había enviado a la Comisión Nacional Agraria cuando se respondió positivamente la demanda para la creación del centro de población en los terrenos de San Antonio de Arenales.


También hay otro elemento que demuestra una positiva predisposición de algunas autoridades locales, me refiero al hecho de que el 16 de diciembre de 1921, dos semanas después de que se había entregado la solicitud del primero de diciembre, la presidencia municipal de Cusihuiriachic reunió a los regidores, acordando la creación de la sección municipal de La Laguna con cabecera en San Antonio de Arenales.

Evidentemente este acuerdo respondió directamente a la argumentación visionaria que se había sustentado en el escrito del primero de diciembre, se trató de alguna manera de una decisión futurista que favoreció a los solicitantes. El acuerdo fue ratificado meses después.
Sexto.- En sesión de 23 de septiembre de 1921, la Comisión Local Agraria aprobó el dictamen emitido por su cuerpo consultivo donde se determinó que:


“Con fundamento en la Ley Agraria de 6 de enero de 1915 y el Artículo 27 de la Constitución Federal, se dota a San Antonio de los Arenales con la cantidad de 7.323.00.00.

Para la distribución de esa superficie se procedió de la forma siguiente: para el fundo legal de San Antonio de los Arenales se destinan 173 hectáreas, distribuidas en lotes ubicados a ambos lados de la vía férrea del Noroeste de México. Para el conjunto de los habitantes de dicha población 7.150 hectáreas, de las que se asigna a cada jefe de familia un lote de cincuenta hectáreas en la proporción de veinte para el cultivo y treinta de terrenos pastales.
Séptimo.- La entrega formal se realizó el 27 de septiembre, en el Acta quedó establecido el número de 143 beneficiados.


Octavo.- El 10 de noviembre de1921, Belisario Chávez dirigió escrito a la Comisión Nacional Agraria quejándose de la posible maniobra del gobernador del estado, quien primero aprobó el dictamen de dotación el 28 de septiembre, pero luego él mismo había sugerido a la comisión lo desaprobara con el argumento de que Alberto Madero, coheredero del intestado Zuloaga, le había manifestado al gobernador que los dueños querían ser los encargados del fraccionamiento “para que no quedara la impresión ante sus sirvientes de que fueron los agraristas quienes los habían convertido de esclavos en libres propietarios”.


En otra parte del extenso escrito informa Belisario Chávez que desde el 23 de septiembre estaban en posesión provisional de las tierras y los latifundistas intentaban desbaratar las determinaciones de las autoridades. Al final protesta porque se entregará a extranjeros (menonitas) las mejores tierras, mientras que a los nacionales se les dejarán las migajas.


Noveno.- En los meses siguientes se tomó posesión de las tierras por parte de algunas decenas de campesinos, a la vez que se empezaron a erigir las primeras viviendas en los lotes asignados a los lados de la vía.

Es cierto, como alegó después el representante de los Zuloaga, casi ninguno de los beneficiados estaba arraigado con su familia en San Antonio de Arenales, la mayoría estaba radicada en otros poblados, de tal manera que para emigrar tenían que esperar las condiciones, por eso el poblamiento fue paulatino, ni siquiera se contaba con el agua para los usos domésticos. Construir las casas era muy difícil aunque se tratara de casas de adobe, sin embargo la posesión se llevó a cabo y se empezaron a trabajar las tierras antes de que terminara ese año.


Diez.- En 1922 la familia Zuloaga nombró como representante a Guillermo Porras, quien desde muchos años antes había sido el representante de los intereses de la familia Terrazas, muy cercano a Enrique Creel y a los principales capitalistas chihuahuenses. El licenciado Porras se distinguía en todo el estado como uno de los hombres más inteligentes en el manejo de las leyes y se le reconocía como el más experto y habilidoso.
Los años siguientes fueron muy difíciles porque el presidente Obregón intervino como interesado y defensor de la colonización de los menonitas, y en consecuencia en favor de la familia Zuloaga que reclamaba dar marcha atrás a la posesión provisional. En esa coyuntura el licenciado Porras aprovechó todos los resquicios que le dejaba la ley.


Sostener la posesión provisional se convirtió en una batalla, la situación de los agraristas de San Antonio de Arenales se enredó entre el negocio de la colonización menonita y la indefinición de las autoridades agrarias. Fueron meses y años muy difíciles, pero ellos, los fundadores, nunca se movieron, ahí se quedaron en las parcelas que habían obtenido en forma provisional. Se tuvo que negociar y a final de cuentas se creó formalmente el ejido con la intervención del presidente Álvaro Obregón en el año 1924. Esta es la otra parte de la historia que luego escribiré en detalle, pero ahora quiero concluir recordándoles a todos los interesados en el tema:

Cuando empezaron a llegar menonitas, en marzo de 1922, los fundadores ya estaban firmemente posesionados. Cuando se materializó la resolución presidencial por medio de la creación del ejido, ahí estaban los dotados en San Antonio de Arenales y ellos, junto con los de Napavechi, Ojo Caliente y El Moyote, todos juntos, fueron los que formaron el ejido.


Si no reconociéramos que la fundación de Cuauhtémoc y la creación del ejido se inició con el visionario documento del primero de diciembre de 1920, firmado por 272 chihuahuenses, sería tanto como negar la historia y negar los méritos que les corresponde a los primeros posesionarios de la tierra promisoria que ahora lleva con orgullo el nombre de CUAUHTÉMOC.