La longeva edad del perrito no le quitó la esperanza de tener un nuevo amigo,
Es frecuente que los infantes prefieran a los cachorros por ser más juguetones y activos. Sin embargo eso no fue lo que sucedió en el caso de Tristan, ya que en la búsqueda de un canino que anhelara su cariño, se topó con Shey.

Lo increíble en el caso de Shey fue su condición longeva, lo que incluía su aspecto. Él fue abandonado en el santuario Animal R League, pero desafortunadamente además de estar anciano (14 años), le falta uno de sus ojos, no goza del sentido de oído y ha perdido la mayor parte de su dentadura.
Sorprendentemente, sus anteriores dueños se iban a mudar a un nuevo hogar y como si de un objeto viejo se tratara, decidieron deshacerse del leal perrito. La mejor decisión de ellos fue dejarlo bajo cuidado del refugio.
Sus días de espera en el santuario, se convirtieron en meses, aparentemente, nadie se interesaría en un perro con una salud tan deteriorada como la de Shey. Sin embargo, él esperaba pacientemente por su próximo amigo, ¡Se llevaría una agradable sorpresa!.

Una de las primeras cosas que se planificó en el refugio fue la salud del animal, así como una consulta con el veterinario para recibir atención integral. Hasta que finalmente, un buen día apareció Tristan que al ver a Shey, quiso llevárselo inmediatamente.
Jessica Jorgenson, miembro del santuario dice acerca de Shey: «Es superndulce y quiere estar cerca de la gente todo el tiempo». Por eso es que Tristan en seguida hizo amistad con él, ambos estaban muy felices de conocerse. Jessica añadió:«Shey estaba muy cómodo con Tristan desde el principio».

A Tristan no le importó en lo absoluto todo lo que implicaría cuidar de Shey. «Entendió que Shey no podía escuchar lo que estaba pasando y que no podía ver las cosas claramente, por lo que fue muy lento con sus acciones. Era muy respetuoso de lo que Shey podía y no podía manejar», explicó Jessica.
Por Voz Animal.