Hace poco encontré esta joya, les dejó parte del mapa y una aclaración, para gachupines y anahuacas mexicanistas, en este mapa podemos observar algo mas apegado a la realidad sobre el septentrión novohispano, primera, los mapas son una representación de la realidad, no la realidad, y esta representación es más cercana a la realidad que existía, vemos el territorio de la Audiencia de Guadalajara, en Norteamérica, donde encontramos con claridad el territorio ocupado efectivamente por España y posteriormente México, los puntos a notar son:
A) La Alta o Nueva California, la última provincia en ser colonizada, es apenas una franja que no llega más al norte de San Francisco, por las reclamaciones en el Noreste del Pacífico con eso, reclamaciones en las que nunca hubo control efectivo, salvo un asentamiento que no duró más de una década en la isla de Nutca.
B) Nuevo México es apenas una franja de tierra que en su mayor parte, apenas se aleja del río Bravo, aislado de las Californias por la Apachería y aislado de Tejas por la Comanchería.

C) Existe una extensa franja de tierra sin presencia española entre las Provincias Internas de Oriente y del Norte (Coahuila y Nueva Vizcaya), es el Bolsón de Mapimí, que permitía a los indios bárbaros entrar hasta Zacatecas, esa región geográfica fue confundida con una división política y a veces la encontrarán así en algunos mapas.
D) Tejas luce muy grande, pero si nos atenemos que el área punteada está en poder de los nativos americanos, encontramos que la extensión de la provincia no va más allá de San Antonio del Béjar hasta el área del presidio de La Bahía y los alrededores de Nacogdoches.
Los mapas muestran reclamos políticos que no eran dominio efectivo, por lo que el dominio español en Norteamérica, a pesar de lo que muchas páginas les hacen creer, no fue el establecido en los mapas, que muestran la realidad de un dominio “de iure“, pero no “de facto“, este mapa permite entender las palabras de Manuel de la Peña y Peña al Congreso al terminar la guerra con Estados Unidos: «El que quiera calificar de deshonroso el Tratado de Guadalupe por la extensión del territorio cedido, no resolverá nunca cómo podrá terminarse una guerra desgraciada… Los territorios que se han cedido por el Tratado no se pierden por la suma de quince millones de pesos, sino por recobrar nuestros puertos, por la cesación definitiva de toda clase de males, de todo género de horrores, por consolar a multitud de familias… Demasiado sentimos ya la desorganización social, la inseguridad de las poblaciones y caminos, la paralización de todos los ramos de riqueza pública y la miseria general».
Esto porque la extensión ocupada por los Estados Unidos era mayor que el territorio sobre el que se suponía, México tenía control, ocupados Tamaulipas, Nuevo Léon, Coahuila y partes de Veracruz, Puebla, México y la capital, mientras los puertos del Pacífico se encontraban bloqueados en el Mar de Cortés y el resto de los estados, Yucatán por ese entonces era independiente, Tabasco había repelido dos invasiones, Chiapas seguía en disputa fronteriza con Guatemala, si tomamos en cuenta la verdadera extensión de los territorios perdidos, fueron pocos, y no se perdieron por quince millones, sino a cambio de conservar la independencia, recordemos que había quienes buscaban anexar todo México, lo que permite entender que muchos estados de la federación prefiriesen guardar sus fuerzas y recursos para la posterior invasión, algo que no era descabellados si recordamos que Chihuahua fue tomada después del fin de la guerra.
Realmente, el territorio español en Norteamérica (septentrión novohispano) fue poco, ese fue el territorio que México obtuvo en 1821 y que perdió en 1848, la estrecha franja de la Alta o Nueva California, así como el diminuto Nuevo México (cuyas fronteras al occidente y oriente no estaban definidas); la renuncia sobre Tejas (que ya nombrado Texas era parte de la federación estadounidense) y la extensión norte de Tamaulipas entre el Bravo y el Nueves (Transbravonia), además, recordemos que no había sido definida tampoco la frontera entre el estado de Caohuila y Tejas y el territorio federal de Nuevo México.
Tengan cuidado con los mapas, aprendan que hay que saber interpretarlos, que no son la realidad, sino que muestran una interpretación de la realidad, insisto, este es más apegado a la realidad que otros, incluso que ese maravilloso mapa donde se muestra en azul todo el imperio español, finalizando, México no perdió la mayor parte de su territorio, renunció a la reclamación sobre ese territorio en regiones a donde las comunicaciones eran remotas y deficientes, sobre todo porque el camino real no era una autopista como algunos han querido hacer creer.
Via Gazeta mexicana.