Su nombre proviene del náhuatl quetzalli, que quiere decir hermoso, bello o sagrado.

Durante la época prehispánica el quetzal estuvo asociado al dios mexica Quetzalcóatl y a su paralelo maya Kukulkán; deidades que manifestaban el arquetipo de la serpiente emplumada.

Según el Popol Vuh, libro sagrado de la cultura maya, cuando el dios creador Kukulkán y Tepeu, dios del cielo, decidieron dar vida a las aves soplaron sobre el árbol de guayacán. Como consecuencia, las hojas azul verdoso del guayacán se dispersaron en el viento y se transformaron en el pájaro quetzal.

Además, las largas plumas del quetzal macho fueron empleadas para confeccionar la indumentaria imperial y sacerdotal; sin embargo, el quetzal no era cazado, sus plumas eran quitadas después de la temporada de reproducción para luego ser puesto en libertad. Matar un quetzal era visto como un crimen y ameritaba la pena de muerte.