Se conserva así de bien porque fue congelada durante el sueño y mantenida en una condición de frío seco a más de 6000 metros de altura sobre el nivel del mar todo este tiempo.
No hizo falta ningún otro tratamiento.
Hallada en 1999 cerca de la cima del volcán Llullaillaco, en el noroeste de Argentina, supuso una revolución arqueológica por ser de las momias mejor conservadas, ya que había incluso sangre en su organismo y sus órganos internos permanecían.

Por Imágenes Históricas.