La Ballena”, es una película que te hace mierda el corazón, que te putea el alma hasta que no queda más que despedazar.

El protagonista es un personaje incómodo, adorable, de una tristeza y una insanidad que devastan. Sus padecimientos, sin duda, te harán pensar en tu propia materia, en tus hábitos alimenticios y en tu manera de aniquilarte.

Yo no pude terminar ni una cuarta parte de mis palomitas. La cinta nos recuerda aquello a lo que estamos todos condenados: morir y amar. La capacidad del director de convertir en un enemigo invencible al propio cuerpo es asombrosa.

Brendan Fraser realiza una actuación de leyenda, será ejemplo de dominio por el resto de la historia del cine. El guion habla con maestría de dos aspectos esenciales del ser humano: hablar con los otros y ocultar lo que de verdad quisiéramos decir.

Mi autocensura jamás me permite llorar en público; aquí no pude evitarlo y hasta me dolió físicamente la contención. Hoy, en el cine, no hay forma más bella de fustigarse el espíritu que ser un espectador de esta obra.

Alejandro Hayagriva Paniagua.