*CONTRADICCIONES DEL DÉSPOTA “PACIFISTA” 

*EJÉRCITO COMO INSTRUMENTO DE REPRESIÓN 

*HOY PROTESTAN FUNCIONARIOS DE LA UACH 

*“EJE DEL MAL” QUIERE LLEVAR CRISIS A MÉXICO 

*¿HARTOS DE QUE LOS ASOCIEN CON FIERRO?

¿Porqué un presidente cuya estrategia de seguridad es ofrecer a los criminales abrazos en lugar de balazos, insistiría en prorrogar la presencia del Ejército en las calles del país, sabiendo que ha decidido mantener su amoroso método de combate contra todo sentido estratégico, falta de resultados y exigencia social?.

¿Porqué desplegar una narrativa mentirosa diciendo que sin la presencia del Ejército en las calles, la violencia sería peor a la que vivimos diariamente millones de mexicanos en amplias franjas del país, si los militares salen a patrullar con las ordenes de mantenerse pasivos frente a humillaciones de chusmas asociadas a grupos criminales?.

¿Porqué usar cualquier mecanismo político, de chantaje, extorsión o amenaza que le proporciona el poder para doblar a diputados y senadores de oposición con tal de salirse con la suya, si está convencido de que combatiendo las causas, la pobreza social, es como resolverá la crisis de inseguridad?.

¿Porqué insistir sabiendo que el Ejército lleva dos décadas en las calles y en ese tiempo la violencia ha mantenido un ritmo constante de crecimiento, con el fortalecimiento de las organizaciones criminales, acreditando en los hechos que la militarización es una estrategia equivocada?.

La militarización del país está en absoluta y obvia contradicción con la narrativa propagandística del presidente López Obrador; durante las mañaneras insiste en mantener el absurdo de los abrazos, pontifica con que ahora si combaten las causas, siendo que cada vez hay más pobres, pide a los criminales buena conducta o los acusará con sus madres, les agradece por portarse bien en las elecciones. Sin embargo en los hechos usa todo su poder para que el Ejército permanezca otros cuatro años en las calles y concentre en su mando a la Guardia Nacional. Es un sinsentido, los hechos contradicen sus palabras.

Si es claro, por los hechos lo sabemos, que el Ejército no está en las calles para combatir al crimen, para eso son los abrazos, ¿entonces para qué está?. La única respuesta que encuentro pertinente a esta pregunta perturbadora, es que López Obrador quiere a los militares fuera de los cuarteles frente a eventuales represiones sociales.

Cada una de sus acciones está pensada en el cada vez más cercano junio del 2024 y, cómo cualquier déspota, hará hasta lo imposible, lo que sea necesario dentro y fuera de la ley, para consolidar su objetivo de trascender a la historia, obsesión de su vida. La primera condición de trascendencia es una victoria de su partido, fracasa y todo habrá terminado para él. 

En la hipótesis de que una cantidad suficiente de mexicanos se atraviese en las urnas del 2024 para frenar sus impulsos destructivos, desconocería el resultado acusando a los organismos electorales de vendidos y traidores a la patria desplegando los estribillos polarizantes que han dominado el discurso monotemático de su sexenio, jamás ha reconocido una derrota, jamás la reconocerá en el momento más importante de su vida pública.

Sabe que la posibilidad es grande, perdió las intermedias y la revocación que convirtieron en el plebiscito “para que AMLO siga” terminó siendo una farsa. En consecuencia necesita de su parte al Ejército; los quiere como agentes de control social, justificando su decisión infame sobre el embuste de que combate la inseguridad. El país atraviesa por uno de los momentos más frágiles de su historia, frenamos en esta al intento de dictador o una generación de mexicanos verá cancelado su futuro.

Rompeolas

Algunos de los amanuenses adscritos al “eje del mal” hacen correr falsas versiones diciendo que la crisis en la Universidad será resuelta en Ciudad de México. Es lo que desean los promotores del colapso universitario, cuyos nombres he citado en esta columna. No, será resuelto en los tribunales e indudablemente para satisfacción de la Universidad, no hay forma legal de que algún juez mantenga firme la suspensión concedida por Zúñiga, los abogados más serios califican el amparo de una vacilada. Quienes postulan la idea de llevar el problema hasta México, quieren ver escalado el conflicto.

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Heliodoro Araiza, rector interino, tomará esta mañana protesta de ley a los nuevos funcionarios de rectoría. Tenga la seguridad de que no habrá sorpresas, todos fueron consensuados entre Palacio y rectoría. Es un paso importante para consolidar la gobernabilidad en la Universidad, el otro será cuando elijan a los cinco directores que faltan, lo que será muy pronto.

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Varios de los funcionarios que oficiaron de testaferros y correveidile con Luis Fierro, andan buscando colarse en la nueva administración. Difícil que consigan su objetivo, a pesar de que algunos digan a cuantos quieran escucharlos que “están hartos de verse asociados con Fierro”. Jajajajaja ¿Negando al que todo les dio?. 

Luis Froylan Castañeda.