Reflexionemos…

Coman lo que quieran en Semana Santa, el sacrificio no está en el estómago, sino en el corazón. Se abstienen de comer carne, pero no se hablan con sus hermanos o familiares, no van a visitar a sus padres o les pesa atenderlos, no comparten su comida con los necesitados, prohíben a sus hijos ver a su papá, prohíben a los abuelos ver a sus nietos, critican la vida de los demas, golpean a su mujer, etc..

Un buen asado o un guiso de carne no te hará una mala persona, como tampoco un filete de pescado te hará santo.

Mejor procuremos tener una relación mas profunda con Dios a través de un mejor trato al prójimo.

Tomado de la red.