Un simple carrito de supermercado puede revelar más de nuestra cultura ciudadana de lo que parece. Dejarlo en medio del estacionamiento, sin devolverlo a su lugar, no solo representa un obstáculo físico, sino también un signo de indiferencia hacia los demás.
Especialistas en comportamiento social señalan que estas pequeñas acciones cotidianas son indicadores claros de la educación cívica de una comunidad. “No siempre fallamos en lo grande; muchas veces es en los detalles donde se evidencia el respeto —o la falta de él— por el espacio común”, afirman.
El llamado “test del carrito de supermercado”, usado en distintos países como referencia de responsabilidad social, plantea una pregunta sencilla: ¿eres capaz de hacer lo correcto aun cuando nadie te obliga a hacerlo?
Más allá del orden en los estacionamientos, devolver el carrito a su sitio refleja una actitud que contribuye al bien colectivo y, en palabras de psicólogos sociales, ayuda a “ordenar también el mundo interior” de quien lo practica.
Por Chihuahua Es Cultura