Hay quienes aún no saben lo difícil que fue para Peter Jackson rodar la trilogía de El Señor de los Anillos. Y la razón del porqué, tiene nombre: Harvey Weinstein.
La relación entre ambos fue tensa, ya que la productora de Weinstein “Miramax” sería la encargada de producir la adaptación. Weinstein quería que solo se rodara una sola película de 2 horas con muchos cambios. Cosa con la que Peter no estaba de acuerdo, pues él planeaba al menos 2 y sin tantos cambios para no defraudar a los fans que ya habían leído los libros. Weinstein amenazó con sustituir a Peter por Quentin Tarantino. Claramente, ambos no se llevaban bien. Jackson llegó a comentar que Weinstein lo presionó para dejar fuera del proyecto a dos actrices que lo habían rechazado.
Peter Jackson encontró una forma creativa de desquitarse por todas las dificultades que pasaron. Y es que Harvey tiene el “Honor” de que el aspecto de Gothmog, el comandante orco, esté inspirado en la apariencia física de Harvey.
Harvey, en un boicot más contra Peter, le puso un límite de presupuesto de 75 MDD a Peter. Afortunadamente, Peter y el equipo detrás de la trilogía, encontró una nueva productora “New Line Cinema”, la cual recibió con agrado los guiones originales y la idea de 3 películas. La trilogía recaudó más de 3 mil MDD y se convirtió en un clásico del cine y referente de la cultura pop.
Al final, la sutil y dulce venganza de Peter, fue crear a uno de los personajes más nauseabundos del cine, inspirándose en el aún más nauseabundo Harvey Weinstein.