Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Mía Miranda Ruvalcaba Rica, una adolescente que está marcando la diferencia en el mundo del alpinismo en Chihuahua.
Ella nació el 8 de octubre de 2012, estudia el primer grado de secundaria en la ETIC 100; a sus 12 años Mía ya ha subido algunas de las montañas más impresionantes, desafiando tanto su cuerpo como su mente. Pero su historia no empezó ayer. Desde pequeña, ella ha tenido una conexión especial con las alturas, y su pasión por este deporte parece no tener límites.

El alpinismo, una pasión de familia
Mía no es una alpinista común y corriente. Su historia en las montañas comenzó cuando tenía tan solo cuatro años, cuando su papá le transmitió esta fascinación por el alpinismo. “Desde pequeña, mi papá me inculcó el gusto por la montaña”, nos cuenta. ¡Qué mejor fuente de inspiración que la propia familia! Y aunque en ese entonces Mía no sabía que el alpinismo sería su pasión, fue el primer paso hacia un camino lleno de retos y conquistas.
La primera cumbre: El Nevado de Colima
Cuando le preguntamos sobre su primera gran expedición, Mía recuerda con emoción la vez que ascendió al Nevado de Colima. “Fue una cumbre bastante increíble”, afirma. Ese momento marcó un antes y un después en su vida, pues desde entonces, las montañas se convirtieron en su refugio, su desafío y su motor. Escalar esa primera montaña fue un logro que le dio el impulso necesario para seguir buscando nuevas cumbres, siempre con un corazón lleno de adrenalina.
Preparación: Cuerpo y mente en equilibrio
El alpinismo no es sólo un deporte físico, también requiere de una mente fuerte y disciplinada. Para prepararse, Mía dedica largas caminatas en sus entrenamientos. “Entrenaba caminando bastante”, comenta. Y es que el alpinismo es un deporte de resistencia, donde cada paso cuenta, y donde la preparación mental es tan importante como la física. De nada sirve estar en forma si la mente no está lista para soportar el cansancio o el frío extremo de las alturas.
El reto más grande: El Pico de Orizaba
Uno de los retos más difíciles que Mía ha enfrentado fue escalar el Pico de Orizaba, la montaña más alta de México. “El Pico de Orizaba fue un reto enorme”, enfatizó, podemos imaginar lo complejo que debe ser enfrentarse a una montaña de esa magnitud. Pero para Mía, esos retos son los que realmente la impulsan a superarse cada vez más.
Entre la escuela y las montañas
Mía es una estudiante que también sabe cómo equilibrar su vida académica con sus entrenamientos. “La escuela me apoya en todo momento”, asegura. Es un claro ejemplo de que con disciplina y organización, no es necesario elegir entre la educación y las pasiones. Ella ha logrado encontrar un equilibrio perfecto, logrando que ambas áreas de su vida crezcan simultáneamente.

Escalando en Chihuahua
En su tierra natal, Mía ha tenido la oportunidad de escalar diversas montañas. De todas ellas, destaca el Mohinora como su favorita. Este imponente cerro ha sido testigo de su dedicación y esfuerzo, pero más allá de la cumbre, lo que realmente ama de las montañas de Chihuahua es la conexión única que siente con la naturaleza que las rodea.
¿Qué viene después?
Mía no se conforma con lo logrado. Su próximo gran sueño es escalar el Kilimanjaro, en Tanzania, y convertirse en una de las alpinistas más jóvenes en alcanzar la cima de esta famosa montaña. “Mi sueño es el Kilimanjaro”, expresó; no hay cima que se le escape.
Un mensaje para los más adolescentes
A los niños y niñas que sueñan con escalar montañas, Mía tiene un consejo claro: “Que lo hagan y den todo”. Con sus palabras, Mía nos inspira a todos a seguir nuestros sueños sin miedo y a luchar por alcanzar nuestras metas, sin importar cuán difíciles parezcan.
El equipo imprescindible
Para las largas expediciones, Mía siempre lleva un equipo básico que le permite estar lista para cualquier situación. “Mochila, chamarra, agua, bastones”, enumera. Este es el equipo esencial que le acompaña en cada aventura, asegurando que esté preparada para lo inesperado, como el clima impredecible de las montañas.
Ver Chihuahua desde las alturas
Por último, le preguntamos cómo se siente al ver la ciudad de Chihuahua desde las alturas después de una escalada. “Es algo fascinante”, dice Mía. La sensación de logro, de estar en la cima, es algo que solo quienes han escalado una montaña pueden entender en su totalidad.
Mía Miranda Ruvalcaba Rica es una adolescente alpinista que, con cada cumbre que conquista, demuestra que no hay sueños imposibles. Su historia inspira a muchos a atreverse a escalar sus propias montañas, sea en el deporte o en la vida.

Por Chihuahua Es Turismo