En diciembre de 1960, Howard Dully, de apenas 12 años, fue sometido a una lobotomía transorbital por el neurólogo Walter Freeman, conocido como el “padre de la lobotomía”. El procedimiento se realizó con el consentimiento de su padre, pese a que la mayoría de los médicos no consideraban que el menor padeciera esquizofrenia, como sostenía su madrastra.
El impacto fue devastador: Dully pasó gran parte de su juventud en instituciones, hogares de acogida y prisiones, además de enfrentar alcoholismo y años de indigencia. Décadas después, en colaboración con la radio pública estadounidense NPR, recuperó los archivos de Freeman y narró su historia en el libro My Lobotomy (2007), convertido en un testimonio de resistencia humana.
Ya en la madurez, Dully logró rehacer su vida como conductor de autobús, esposo y padre. Sin embargo, nunca dejó de hacerse la misma pregunta: “¿Por qué mi padre permitió esto?”
Por Chihuahua Es Historia