En la primera mitad del siglo XX, Edwin Hubble transformó para siempre nuestra comprensión del cosmos. Observando galaxias lejanas con el telescopio del Monte Wilson, en California, descubrió que casi todas se alejan de nosotros, y que su velocidad es proporcional a la distancia que las separa. Dicho de otro modo: cuanto más lejos está una galaxia, más rápido se aleja.
Este hallazgo demostró que el universo no es estático, como se había creído durante siglos, sino que está en constante expansión. La relación que Hubble identificó se conoce hoy como la Ley de Hubble, un principio fundamental que sentó las bases de la cosmología moderna.
Sus observaciones también confirmaron una idea revolucionaria: la Vía Láctea no es todo el universo, sino solo una entre incontables galaxias.

Gracias a su trabajo, surgió la noción de un universo dinámico, en evolución constante a partir de un origen común: lo que hoy llamamos el Big Bang. La huella de Hubble permanece en cada mapa del cosmos, y su legado sigue vivo en el nombre del telescopio espacial Hubble, que ha permitido a la humanidad mirar más lejos que nunca.
Por Chihuahua Es Cultura