¿Alguna vez te has preguntado cómo una simple aguja sobre un disco de vinilo puede producir música? El proceso, aunque parezca mágico, es pura ciencia.
La aguja, generalmente fabricada con materiales muy duros como el diamante, recorre los surcos del vinilo y vibra siguiendo las ondulaciones grabadas en ellos. Estas vibraciones se transmiten a través del brazo que sostiene la aguja, hasta llegar a un cartucho que las convierte en señales eléctricas mediante una bobina en un campo magnético.
Posteriormente, las señales viajan por cables hasta un amplificador, que incrementa su potencia, y finalmente son transformadas nuevamente en sonido, que se reproduce a través de los parlantes, permitiendo disfrutar de la música tal como fue grabada.
Este ingenioso mecanismo, que combina física y tecnología, es el responsable de la calidad y el encanto del sonido analógico de los vinilos, que sigue cautivando a los amantes de la música en todo el mundo.

Por Chihuahua Es Cultura