En la remota península de Kola, al norte de Rusia, se esconde uno de los proyectos científicos más ambiciosos de la historia: el Pozo Superprofundo de Kola, la excavación más profunda jamás realizada por el ser humano.
Comenzó en 1970 con un propósito de explorar la corteza terrestre. Tras más de dos décadas de trabajo, los ingenieros lograron perforar 12 262 metros, una hazaña sin precedentes que permitió estudiar rocas de miles de millones de años y entender mejor cómo se comportan las ondas sísmicas bajo la superficie.
El proyecto se detuvo en 1992 debido a las condiciones extremas del subsuelo, donde las temperaturas superaban los 180 °C y las rocas se volvían casi plásticas por la presión. Aun así, los científicos hallaron microfósiles de plancton antiguo a gran profundidad y descubrieron que la corteza terrestre es mucho más fracturada de lo que se pensaba.

Por Chihuahua Es Cultura