Moscú, 1982. — La exploración espacial dejó una de sus postales más memorables cuando un módulo soviético de la misión Venera logró transmitir la imagen más clara de la superficie de Venus jamás obtenida hasta entonces.
El logro fue tan breve como histórico: debido a las extremas condiciones del planeta, con temperaturas que superan los 460 °C y presiones aplastantes, la nave logró resistir poco más de una hora antes de derretirse.
Aun así, las imágenes enviadas a la Tierra mostraron un terreno rocoso y árido, confirmando la naturaleza hostil del planeta vecino y aportando información clave para la ciencia planetaria.
Este episodio se mantiene como un recordatorio de los enormes desafíos que implica explorar el universo, y de la resistencia tecnológica que, aunque efímera, permitió asomarse por primera vez a la superficie de Venus.
Por Chihuahua Es Cultura