Las serpientes han tenido un simbolismo y una relevancia cultural para las diferentes culturas que han florecido a lo largo de la historia.
Egipcios, romanos y griegos las consideraban como símbolos de sabiduría, inmortalidad, fortaleza, protección y divinidad.
Para las diferentes culturas Mesoamericanas, la serpiente se asociaba con la fertilidad, la resurrección y la noche.
Se cree que la imagen de la serpiente siendo devorada por un águila, era una representación del fenómeno astronómico del día y la noche.
Para los huicholes, otomíes, mixtecos y nahuas, la serpiente era madre, diosa, amenaza y causa del desequilibrio; un ser dual que los confrontaba con la muerte y que de esa forma los enseñaba a vivir.
La diosa de los aztecas Coatlicue, era la madre de todos los dioses, diosa de la tierra y la fertilidad, creadora y destructora.
En su representación escultórica más importante, la serpiente de cascabel tiene un papel preponderante: una falda hecha de serpientes de cascabel entrelazadas, hombros con forma de cabeza de serpientes de cascabel y en lugar de cabeza, dos cabezas de serpiente de cascabel encontradas entre sí.
Por Chihuahua Es Cultura