En 1990, la sonda Voyager 1, a 6 000 millones de kilómetros de la Tierra, captó una fotografía que mostró nuestro planeta como nunca antes: un pequeño punto azul suspendido en un rayo de sol. La iniciativa fue impulsada por el astrónomo Carl Sagan, quien años después reflexionó sobre la insignificancia y la fragilidad de nuestro mundo en su célebre ensayo “Un punto azul pálido” de 1994.
Sagan describió cómo en ese diminuto punto se concentran todas las alegrías, sufrimientos, guerras, descubrimientos y amores de la humanidad. Para él, la imagen es un recordatorio de la necesidad de humildad, responsabilidad y cuidado por nuestro único hogar conocido.
Hoy, más de 30 años después, la fotografía sigue inspirando a científicos y ciudadanos a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta y sobre la importancia de preservarlo para las generaciones futuras.

Por Chihuahua Es Cultura