Una serie de televisión causó fascinación alrededor del mundo, se trata de Chernorbyl, que como su nombre lo sugiere retrata el accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, a 18 km de la ciudad de Chernóbil y a 17 km de la frontera con Bielorrusia.
Lo que pocos saben es que dos años antes del accidente nuclear que causo furor nivel mundial, chihuahuenses fueron expuestos a altos niveles de radiación. ¿Qué fue lo que ocurrió?
En 1977 y sin los permisos necesarios, el doctor Abelardo Lemus y sus socios del hospital privado compraron una máquina de radioterapia equipada con una bomba de Cobalto-60 por 16.000 dólares. El cobalto-60 es un isótopo radiactivo sintético que emite rayos gamma utilizado para tratar a pacientes con cáncer.
Por falta de personal, la máquina fue abandonada en un almacén durante seis años, hasta que el 6 de diciembre de 1983, Vicente Sotelo Alardín, trabajador de mantenimiento del hospital y su amigo Ricardo Hernández, decidieron venderla como chatarra.
Los dos hombres desmontaron el armazón metálico de unos 100 kilos y perforaron el corazón de la bomba de cobalto, un cilindro que contenía el material radiactivo (6.000 balines de 1 mm de diámetro). Una vez desvalijada la máquina, Vicente y Ricardo la subieron a una camioneta y la llevaron hasta el Yonke Fénix, un depósito de chatarra donde les pagaron 1.500 pesos. En el camino al deshuesadero (desguace), la camioneta fue desperdigando el material radiactivo por toda la ciudad. Esta información fue detallada en el informe que después realizó la Comisión de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS).
El cobalto-60 se mezcló con el resto de la chatarra del Yonke Fénix y se vendió a varias empresas fundidoras de la zona. Entre ellas, Aceros de Chihuahua S.A. (Achisa) y la maquiladora Falcón de Juárez S.A., quienes usaron el metal radioactivo para fabricar bases para mesas y varillas de acero corrugado, muy utilizadas en la construcción de edificios. Todo este material, unas 6.000 toneladas, se distribuyó a más de la mitad de Estados del país y se exportó a Estados Unidos.