En una muestra de generosidad tan grande como su leyenda, Ozzy Osbourne, el icónico “Príncipe de las Tinieblas”, sorprendió al mundo no solo con su espectáculo final, sino también con un gesto profundamente humano: donó los 190 millones de dólares recaudados por su gira de despedida a refugios y hospitales para niños alrededor del mundo.
Con una carrera que abarca más de cinco décadas y una imagen construida entre la controversia, el metal y la oscuridad escénica, Ozzy ha demostrado que su corazón brilla con una luz propia, quizás más intensa que la de muchos ángeles.
La gira de despedida —esperada con emoción por millones de fans— se convirtió en un evento histórico no solo por su emotividad y producción, sino por su impacto social. Al donar la totalidad de las ganancias, Osbourne dejó claro que su legado va más allá de la música: es también un ejemplo de empatía y responsabilidad social.
La noticia ha sido celebrada en todo el mundo, especialmente por organizaciones dedicadas al cuidado de la infancia vulnerable, que destacaron el impacto inmediato de los recursos donados para mejorar tratamientos médicos, construir instalaciones y ofrecer un entorno digno a miles de niños y niñas.
A sus 76 años, Ozzy Osbourne se retira de los escenarios, pero su acto final no fue un grito de despedida, sino un acto de amor, confirmando que incluso las figuras más oscuras del rock pueden ser portadoras de una luz inmensa.
Por Chihuahua Es Noticia