Ciudad de México.— Aunque muchos hogares en América Latina mantienen la costumbre de arrojar el papel higiénico usado en el basurero, especialistas en microbiología advierten que esta práctica representa un serio riesgo para la salud pública y contradice las recomendaciones internacionales de higiene.
De acuerdo con investigaciones citadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el papel sanitario utilizado entra en contacto directo con microorganismos intestinales potencialmente peligrosos, como Escherichia coli, Salmonella y Shigella, los cuales pueden sobrevivir por horas e incluso días en ambientes húmedos.
Cuando este papel se acumula en un basurero dentro del baño —especialmente en climas cálidos— se genera un microambiente ideal para la proliferación bacteriana. Además, al abrir o mover el recipiente, se liberan aerosoles que pueden depositarse en superficies cercanas, como cepillos dentales o toallas, aumentando el riesgo de contaminación cruzada.
“El papel higiénico contaminado funciona como un foco infeccioso doméstico. Su manejo inadecuado puede derivar en infecciones gastrointestinales y cutáneas”, señala un estudio publicado en la Revista de Salud Ambiental de México (Flores y García, 2019).
Los expertos subrayan que, en países con sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales adecuados, el inodoro está diseñado para recibir y desintegrar este tipo de papel, fabricado con fibras celulósicas biodegradables. Tirarlo al excusado no solo evita malos olores y la atracción de insectos, sino que también reduce la cantidad de residuos domésticos contaminados.
Sin embargo, en zonas rurales o viviendas con instalaciones hidráulicas antiguas, algunos usuarios optan por no desechar el papel en el inodoro por miedo a obstrucciones. Ante ello, los especialistas recomiendan mejorar la infraestructura sanitaria, en lugar de perpetuar una costumbre considerada antihigiénica y obsoleta.
La OMS destaca en su informe Guidelines on Sanitation and Health (2018) que el contacto prolongado con residuos fecales humanos continúa siendo una de las principales vías de transmisión de enfermedades gastrointestinales, sobre todo en regiones con carencias de saneamiento.
En conclusión, los organismos internacionales coinciden:
El papel sanitario debe desecharse en el inodoro, no en la basura. Su eliminación inmediata mediante el sistema de aguas residuales reduce la exposición a bacterias. La higiene del hogar no depende solo del orden o la limpieza visible, sino de eliminar toda posible fuente de contaminación microbiana.

Por Chihuhaua Es Cultura