Bhoomi Chauhan, una joven india, tenía programado abordar el vuelo AI171 de Air India rumbo a Londres. Se levantó temprano, se arregló, y salió con tiempo suficiente al aeropuerto. Pero un embotellamiento en Ahmedabad la retrasó. Llegó apenas 10 minutos tarde. Frustrada, molesta con el tráfico, con el destino, incluso con Dios… no entendía por qué todo le estaba saliendo mal ese día.
Tres minutos después de su llegada, ese mismo avión en el que debía viajar… se estrelló. Más de 240 personas perdieron la vida. Solo hubo un sobreviviente.
Entonces, entre lágrimas, comprendió.
Su enojo se transformó en temblor, y su frustración, en agradecimiento.
“Solo puedo decir que Dios me salvó. Mi mente está en blanco. Mi cuerpo tiembla… pero estoy viva.”
A veces la vida nos detiene sin avisar.
Nos enoja, nos duele, nos desconcierta.
Pero quizá, detrás de cada contratiempo, hay una protección que aún no alcanzamos a ver.
No siempre entendemos el plan…
Pero cuando todo parezca salir mal,
confía: tal vez Dios te está salvando.

Por Chihuahua Es Noticia