Aunque muchos lo consideran parte del corazón culinario de México, uno de los sabores más populares del país tiene sus raíces mucho más lejos de lo que se piensa. En realidad, proviene de las selvas tropicales de África, en particular de regiones como Sudán y Madagascar.
Se trata de la vainilla, un ingrediente esencial en la repostería mexicana y presente en una infinidad de postres, bebidas y platillos tradicionales. Sin embargo, su historia comienza lejos del territorio nacional. La planta de vainilla, una orquídea trepadora conocida científicamente como Vanilla planifolia, es originaria de estas regiones africanas, donde crece en condiciones de humedad extrema y clima cálido.
Con la llegada de los colonizadores europeos, la vainilla fue llevada a distintas partes del mundo, entre ellas América. En México, encontró un nuevo hogar, especialmente en regiones como Veracruz, donde floreció gracias al clima tropical y la riqueza del suelo. Los pueblos totonacas fueron los primeros en cultivarla de forma sistemática, y con el tiempo, México se convirtió en uno de los principales productores de vainilla a nivel mundial.
Hoy, aunque su origen es africano, la vainilla está profundamente arraigada en la cultura gastronómica mexicana, al punto de ser considerada por muchos como un símbolo nacional de sabor.
Aunque no es originario, el tamarindo se adaptó al clima cálido de México y se volvió un clásico en aguas frescas, dulces y salsas. ¡Un ingrediente extranjero que llegó para quedarse!
Por Chihuahua Es Cultura