La historia de Mamitu Gashe comienza como la de muchas mujeres originarias de África Oriental: en la precarización de salud, recursos y educación.
A la edad de 15 años, Mamitu fue desposada por un hombre de su localidad, 10 años mayor que ella. Al quedar embarazada, comenzó a tener complicaciones con su embarazo y fue trasladada a un hospital de la capital, Adís Abeba.
Al llegar, permaneció en labor de parto por cuatro días enteros hasta que perdió el conocimiento; al despertar, le informaron que su bebé se había nacido muerto al no poder salir por el conducto vaginal. Además de la fatiga y el desgaste emocional de Mamitu, días después seguían presentándose dolores en la cavidad vaginal, incontinencia urinaria y fecal; Mamitu había desarrollado una fístula obstétrica.
La fístula obstétrica es una condición causada por la prolongación u obstrucción de un parto sin recibir tratamiento médico oportuno, en consecuencia, se forma un orificio entre el canal de parto y la vejiga o el recto. Cuando sucede esta complicación, generalmente el bebe nace muerto y la madre no tiene control de la orina o de las heces (o ambas).
Posteriormente, la prolongación de esta lesión provoca afecciones médicas crónicas, aislamiento social y depresión.
La fístula obstétrica significa además de un padecimiento médico, una condición económica. En este sentido, de forma generalizada se da entre mujeres jóvenes, con una desnutrición prolongada, una pelvis inmadura que además tratan de dar a luz a su primer bebé.
Esta condición se da de forma trágicamente frecuente en África, la Región Árabe, América Latina y el Caribe.
De forma enteramente afortunada, Mamitu fue llevada al hospital Princess Tsehai, donde fue tratada por un matrimonio de ginecólogos australianos, Reginald y Catherine Hamlin.
La recuperación de Mamitu tardó más de dos años, tiempo en el que los Hamlin le tomaron cariño a Gashe. Al pasar el tiempo Mamitu comenzó a asistir el hospital, pues después de dos años conocía bien los procedimientos de curación básicos.
Eventualmente, Reginald la comenzó a instruir en los procedimientos quirúrgicos al ver su capacidad e interés por la medicina. Comenzando por realizar pequeñas incisiones, cocer de forma superficial heridas, Mamitu se acercó más y más en el quirófano hasta que de forma rutinaria realizó las cirugías de fístula obstétrica en el hospital.
Décadas después Mamitu Gashe ha sido reconocida como una de las mejores cirujanas de fístula en el mundo.
En 1989 fue condecorada con la Medalla de Oro otorgada por el Colegio Real de Cirujanos de Londres.
Mamitu ha señalado que su experiencia propia con la fístula obstétrica la ha dotado de un sentimiento de empatía fuerte, y que esto ha hecho que su trato con los pacientes sea tan amoroso.
Asimismo ella ha señalado un mejoramiento en la calidad de clínicas y hospitales en Etiopía durante las últimas décadas, no obstante, asegura que aún hay mucho por hacer.
Con Información de la BBC