El término “escort” no es sinónimo de “prostituta”. Una escort es una persona que, además de poseer un notable atractivo físico, cuenta con un alto nivel educativo, lo que la convierte en una compañía selecta.
Una escort actúa como acompañante a cambio de dinero, lo que implica que un cliente paga por su presencia en eventos, reuniones o viajes. La relación puede incluir o no relaciones sexuales. La atracción hacia una escort no solo se basa en su atractivo físico, sino también en su intelecto, ya que muchos clientes buscan la experiencia de estar con alguien educado y bien presentado.
Se contratan a través de agencias de acompañantes o de sus propios anuncios (en línea). Los clientes se reúnen con la escort contratada en hoteles, restaurantes o, a veces, en casa del cliente. También ocurre que clientes adinerados lleven a escorts al extranjero para unas vacaciones o un viaje de negocios. A veces, las escorts se hacen pasar por la novia o la pareja del cliente.
Lo que distingue a las escorts de las trabajadoras sexuales es la complejidad y el nivel de servicio que ofrecen. Mientras que la prostitución suele centrarse en elintercambio de sexo (y, en algunos casos, de afecto), el servicio de una escort abarca una conexión más sofisticada y elaborada.
Aunque predominan las mujeres en este ámbito, el fenómeno de las escorts ha evolucionado, y hoy en día hay numerosos escorts masculinos, transgénero y no binarios. Un ejemplo significativo es Japón, donde se ha popularizado el concepto de escorts masculinos, como se documenta en “The Great Happiness Space: Tale of an Osaka Love Thief”.
En lugares como California, la actividad de las escorts es legal. Sin embargo, participar en actos sexuales con un acompañante se considera un delito. Aunque el escort es legal en California, las personas deben obtener una licencia o permiso para hacerlo. Estas licencias permiten trabajar legalmente en California a la vez que garantizan la seguridad y el bienestar de los acompañantes.
Un vistazo a la prostitución
El tema de la prostitución genera considerable debate, especialmente cuando involucra sexo a cambio de dinero. Esto no solo es una preocupación moral, sino que también hay inquietudes sociales relacionadas con la trata de personas. Según la ONU, el 15% de las personas que ejercen la prostitución en Europa son víctimas de trata, un dato alarmante que destaca la necesidad de proteger los derechos humanos. Se estima que solo se identifican 1 de cada 20 casos de esclavitud sexual, que afecta mayormente a mujeres y niños.
Sin embargo, esto sugiere que un 85% de quienes ejercen la prostitución lo hacen de forma voluntaria. Los sociólogos advierten que muchas mujeres recurren a esta actividad por circunstancias socioeconómicas difíciles. En contraste, las escorts suelen tener ingresos elevadosy establecen sus propias condiciones en los intercambios.