A más de 24 mil millones de kilómetros de la Tierra, Voyager 1 continúa su viaje por el espacio, convirtiéndose en el objeto más lejano enviado por la humanidad. Lanzada en 1977, la nave ha recorrido casi medio siglo, llevando consigo un disco de oro con imágenes, sonidos y saludos de la Tierra, pensado como un mensaje en caso de encontrarse con vida inteligente.
Hasta ahora, ninguna otra nave ha viajado más lejos, y ninguna señal tarda tanto en llegar: más de 22 horas en un solo trayecto. A pesar de la distancia, Voyager 1 sigue enviando información, ofreciendo a los científicos datos sobre los confines del sistema solar y más allá.
La misión de Voyager 1 no solo representa un logro tecnológico, sino también un símbolo de la curiosidad humana: un testigo silencioso del universo, un embajador solitario de la Tierra, explorando las estrellas sin descanso.