En el año 2018, Tesla estaba al borde de la quiebra. Mercedes, BMW y Wall Street predijeron su fracaso. Pero Elon Musk no se rindió. Se mudó a la fábrica con su almohada y determinación.
Musk inspeccionó cada estación de producción, reescribió códigos de software y despidió a gerentes que no compartían su visión. Llamó a proveedores a altas horas de la madrugada y reparó un Model 3 con sus propias manos.
Los resultados fueron impresionantes:
- Primera semana: 202 Model 3 producidos
- Tercer mes: 5,000 por semana.
- Fin de año: Primer trimestre rentable.
Tesla pasó de ser ridiculizada a convertirse en una amenaza para la industria automotriz. Hoy, vale más que Toyota, GM, Ford y BMW combinados.
Para ponérselo en contexto, vale la pena conocer, que en 2018, el patrimonio neto de Tesla era de 53 mil millones de dólares y ahora en 2024 asciende a la impresionante cifra de 1.2 billones de dólares; es decir que su valor de mercado aumentó 21,5 veces desde el 2018. Muchísimo más que todos sus competidores juntos.
“La perseverancia y la visión pueden cambiar toda una industria”. Elon Musk.
Por Chihuahua Es Cultura