Ella es una jovencita tamaulipeca que estaba vendiendo dulces para lograr entrar a un internado de la NASA donde sólo fueron aceptados 60 alumnos de todo el mundo.
Desde enero del año pasado, Anna se propuso recaudar lo necesario para poder asistir vendiendo dulces que preparaba en su casa, todo se hizo viral y logró recaudar fondos necesarios.
Después de realizar su estadía en la NASA, hoy Anna está viajando a Pila, Polonia, para convertirse en astronauta análoga y poder desarrollar sus proyectos espaciales.
Cuando veas una publicación no la pases de largo, quizá estés patrocinando a la mente maestra de un gran descubrimiento o un futuro líder mundial!
Por Chihuahua Es Cultura