El ‘Cristo Velado’ (1753) de Giuseppe Sanmartino (1720-1793), es una de las obras escultóricas más celebradas de la Historia del Arte mundial y ha tenido entre sus admiradores a Antonio Canova que, después de haber intentado comprarlo en vano, se declaró dispuesto a dar diez años de su vida con tal de ser capaz de realizar tamaña obra maestra.
En el encargo realizado por el príncipe Raimondo di Sangro, este solicitaba «Una Estatua en Mármol Esculpido, de tamaño natural, que represente a nuestro Señor Jesucristo Muerto, Cubierto de un Sudario Transparente Tallado en el Mismo Bloque que la Estatua».
El acabado magistral del velo dio origen a la leyenda de que el príncipe di Sangro, al ser conocida su afición por la alquimia, había enseñado a Giuseppe Sanmartino el método de calcificación que permite transformar la tela en mármol cristalino.
Durante cerca de tres siglos, de hecho, numerosos visitantes de la capilla, impresionados por el magnífico velo esculpido, pensaban que este era el resultado de una petrificación alquímica efectuada por di Sangro, que la obra sería una estatua acostada bajo un verdadero velo que se habría transformado en mármol con el tiempo por un proceso alquímico.
Al día de hoy, la obra se conserva en la capilla Sansevero de Nápoles, en Italia.
Por Chihuahua Es Historia