Así eran las tienditas de la esquina donde pedías kilos sueltos y te los daban en cucuruchos de papel.
El aceite para cocinar uno llevaba su botella y podía comprar un cuarto o medio litro, claro todo en envases de vidrio.
Se podían comprar los famosos combustibles que eran unos ladrillos de aserrín en bolsa de papel de estraza y servían para los calentadores de agua.
Siempre había un enorme vitrolero con chiles jalapeños en escabeche.
Los refrescos y cervezas enfriados en hieleras de lamina con su respectivo destapador por que todos traían corcholata.
Como en esos tiempos muchas de las casas no tenían teléfono , era común que nuestros familiares nos hablaran al teléfono de la tiendita de la esquina desde nos iban a avisar que teníamos una llamada.
Pero lo mas importante era la amistad que se hacia con los abarroteros que hasta crédito te daban y apuntaban todo en una libretota.
Total agradables tiempos que ya se fueron.
Por Chihuahua Es Cultura